25 noviembre 2016

The Dragon, The Phoenix & The Serpent

La leyenda del dragón había permanecido silenciada por mucho tiempo... Nació en una pagoda del amor prohibido entre un fénix y una serpiente... Durante siglos su existencia fue ocultada y sus poderes yacieron dormidos en las aguas que le rodeaban para que nadie descubriera su origen... Las leyendas sobre una magnífica criatura que surcaba los cielos nocturnos en las noches de eclipse lunar antes del amanecer aparecieron... Pero el fénix y la serpiente fueron cautos y encerraron a su vástago en la pagoda para que nunca más fuera visto en la tierra... El dragón se vio condenado a una existencia solitaria soñando con el firmamento rosado y violeta que veía desde su cautiverio, con poder volar libre y alcanzar las estrellas; pero aquella libertad le había sido negada y no podía escapar de la pagoda, por lo que comenzó a urdir un plan para cambiar su sino...

Sus poderes florecieron y los cuatro puntos cardinales le dieron sus dones. El fénix y la serpiente no pudieron contener a su retoño y juraron acabar con su descendiente para que nunca se descubriera su secreto. El dragón se convirtió en una pequeña brisa de aire, otorgada por el este, y con ella logró su libertad...

El dragón surcó los cielos que tanto amaba y llegó a las nubes, donde deseó habitar por siempre entre su belleza imperecedera. El fénix le rogó que regresase a la pagoda, pero el dragón se negó y se convirtió en lluvia, que cayó sobre el lago cercano a su antigua morada. La serpiente le siguió en el agua y le suplicó que regresase a la pagoda, pero el dragón no quiso y se convirtió en una voluta de fuego que se elevó en las aguas cual fuego fatuo. El fénix volvió a implorarle que regresase a la pagoda pero el dragón se negó, convirtiéndose esta vez en una roca de tierra que trató de ocultarse bajo la hojarasca cercana al lugar de su prisión. La serpiente le rodeó y le pidió por última vez que regresase a la pagoda, pero el dragón se negó y se quedó quieto en aquel lugar esperando que se rindiesen. El fénix y la serpiente le dijeron entonces que sería libre si eso era lo que anhelaba de verdad, pero que para ello tendría que recuperar su cuerpo de dragón. Cuando cayó la noche ambos cumplieron su juramento y le dieron viandas envenenadas para que muriera. Sin embargo, con su traición solo lograron que se volviera más poderoso y los desterrara de aquel lugar para convertirse en el guardián sagrado de la pagoda, un ser cósmico en espera que simboliza la muerte y el nacimiento de un nuevo orden universal. Los moradores del lugar comenzaron a adorarlo como a un dios y a ofrecerle sacrificios de doncellas, aunque el dragón les hizo ver que solo era un puente al otro mundo para aquellos cuyas almas debían ascender a la nueva vida inmortal. Se erigieron templos en su honor y nadie conoció jamás su origen...



Dedicado a Celia, por sus experiencias en Asia.

18 noviembre 2016

A Rose for Epona



Dedicado a Borja, ¡feliz cumpleaños!

08 noviembre 2016

Immortal love

https://www.youtube.com/watch?v=5g5nJM7rDdA

La vida en la corte era sencilla, mundana... El Louvre era el palacio real soñado por todas las cortes europeas y el lugar donde toda la nobleza quería vivir. Los lujos y los banquetes se sucedían entre sus muros renacentistas, su belleza arquitectónica y su refinada decoración. Sin embargo, ocultaba secretos que ninguna persona salvo ella conocía, porque estaba ligada al palacio desde su origen en el S.XII. Cuando tan solo era un viejo castillo, los alquimistas eran encerrados en sus mazmorras junto con brujas, criminales y ladrones. Ella sentía una profunda atracción por la alquimia y los hechizos, por lo que reunió una corte secreta de alquimistas y brujas en las criptas para alcanzar lo que todos los mortales místicos anhelaban en aquella época, la vida eterna y la eterna juventud. La búsqueda de la piedra filosofal llevó varias décadas y cuando por fin la encontraron juraron guardar silencio acerca del descubrimiento de la legendaria esencia y sus poderes.

La inmortalidad era mucho más compleja de lo que había imaginado y no había valorado todo lo que significaba... Cuando todos sus seres queridos comenzaron a morir se dio cuenta de que la soledad sería su amiga de viaje para siempre. Nunca había tenido familia, pues era huérfana, pero se había desposado con un noble rico ante el cual ya no podía justificar su existencia. Su juvenil aspecto parecía no cambiar a lo largo de los años mientras todo a su alrededor era decadencia y muerte, pero ella se conservaba fresca como las rosas de los jardines y los heliotropos, tan bella  y perfecta como el primer día. Tuvo que alejarse un tiempo del castillo y vagar por los bosques cubierta por una túnica para que nadie la reconociera... Vivió en una cueva lejos de cualquier signo de civilización y cuando pasaron los años regresó a su Louvre como la hija de la anterior señora. Nadie dudó de su palabra, la mentira estaba justificada y los alquimistas guardaron silencio.

El castillo comenzaba a ser frecuentado por los nobles de la realeza y pronto tuvo que elegir un nuevo esposo... El amor no tenía cabida entre sus muros y las intrigas hacían que los matrimonios fueran de conveniencia, por lo que se conformó con un joven aristócrata de buena familia que dedicaba su vida a la guerra y apenas pasaba tiempo en el castillo. Sin embargo, los rumores acerca de su juventud volvieron a resurgir. Aunque los alquimistas y sus herederos mantuvieron el secreto, los demás nobles comenzaron a sospechar. Las brujas de las mazmorras fueron quemadas vivas en la hoguera por orden de su esposo, que temía la magia negra, y éstas la traicionaron revelando su secreto. Ella solo se rió cruelmente y las abandonó a su suerte, amenazando a los alquimistas con el mismo destino si conspiraban en su contra. Alegando un embarazo se alejó del castillo y adoptó a un niño de una familia pobre, al que confió su secreto y con el que vivió en Italia.

A su regreso casi un siglo más tarde, como heredera del Louvre, se encontró una terrible epidemia que azotaba el lugar. Los muertos se contaban por miles y el mal se propagaba sin que nadie lo pudiera eludir, ni siquiera sus alquimistas. La plaga penetró en el castillo y sus nobles y sirvientes comenzaron a perecer, mientras ella se mantenía sana y salva. Las campanas repicaban por los muertos y su palacio se convirtió en un lugar desolado lleno de cadáveres. Ella misma los enterró en los jardines hasta que pasó el horror y pudo reconstruir el castillo y volver a llenarlo de vida.

El Renacimiento fue una época hermosa en la que el palacio se llenó de artistas, opio y decadencia. El Palacio de las Tullerías, la Galería de arte y toda su belleza se concentró en aquella época, en la que nadie se fijaba en su eterna juventud y todo parecía inmerso en la somnolencia del lujo. La tormenta interior que ella vivía no la conocía ninguno de sus cortesanos, y la soledad cada vez hacía más mella en su cuerpo inmortal, en el que su espíritu anhelaba escapar de su jaula de cristal. En silencio miró todos sus retratos de cuatro siglos atrás...



Dedicado a Sedna, por su oscura belleza inmortal. 

01 noviembre 2016

The Lost Tales I


Tale I: The Divine Rose

Mi vida primigenia fue siglos atrás en la Antigua Roma... Cuando solo era una niña, fui elegida sacerdotisa de Vesta... En aquella época, el Colegio de las Vestales y su bienestar era primordial en Roma, y sus sacerdotisas consideradas casi como diosas... Eramos vírgenes de gran hermosura que guardaban el fuego sagrado del templo de Vesta, en el Foro romano, y también nos ocupábamos de los sacrificios rituales... Llevabamos un velo que cubría nuestro cabello y rostro y una túnica blanca como símbolo de pureza... Portábamos una lámpara encendida entre las manos... A nuestro santuario solo se penetraba en las ceremonias Vestalias... Vivíamos en el Atrium Vestiae, tras el templo de la diosa, al pie del Monte Palatino.... Y eso era todo lo que podía recordar antes de que empezara realmente mi historia...

Le conocí un día que estaba guardando el fuego sagrado... Su mirada me cautivó y vi que yo tampoco le había dejado indiferente... Era un amor imposible, las vestales no podían irse del templo, pero sus ojos me decían lo contrario, querían deseos prohibidos para mi como sacerdotisa... Y así fue como abandoné el santuario y fui con él, dejando que el fuego se extinguiera para lograr otro tipo de ignición...

Su fuego era muy diferente al que yo conocía en mi vida; era apasionado y hacía que mis sentidos ardieran en una danza infinita que no podía ni quería detener, pues me llevaba con su locura a la iluminación... Los mundos que jamás pensé que podrían estar destinados a mí como vestal formaban parte de su ser y los quería en mi interior, eternos, sin que la fugacidad tuviera sentido...

Regresé al templo como si nada hubiera ocurrido, pero el fuego se había apagado. Tenía que expiarlo y sacrifiqué mi sangre, rogando a la diosa que se volviera a encender. La luz solar era la fuente de ignición y aquel día brillaba más que nunca. Vi como sus cautivadores ojos me miraban culpables, no quería que sufriera ningún daño. Pero el Senado ya conocía nuestra falta y me arrebataría mis privilegios y honores, más aún cuando supieran la verdad. Que había perdido mi pureza y entregado mi alma a un mortal. Que ya no era digna sierva del templo sagrado ni de ser sacerdotisa de Vesta porque me había enamorado...
La ira del Senado no se hizo esperar. El privilegio de salvar a un condenado a muerte no salvaría a mi amor, y aunque éste trató de liberarnos para que huyéramos lejos de Roma los guardias imperiales era demasiados. Luchamos con todas nuestras fuerzas, oramos a la diosa y a su compasión, pero nadie nos escuchó. Los sacerdotes de otros dioses nos condenaron por el pecado y ambos fuimos castigados perdiendo la vida. Rogamos que si debíamos ser enterrados vivos queríamos estar juntos, porque no nos arrepentíamos de nuestro amor... Y entonces fue cuando comencé a brillar. Estaba destinada a ser una Vestalis Maxima pero ya no podría cumplir mi destino, por lo que habría de reencarnarme en otra vida futura, junto a él... Nos enterraron en vida y un rosal misterioso floreció en nuestra tumba. Desde entonces me llamaron La Rosa Divina...


Continuará...